viernes, 13 de diciembre de 2013

EL MÍNIMO VITAL DE AGUA ES UN DERECHO FUNDAMENTAL PARA LAS FAMILIAS DESCONECTADAS Y SIN ACCESO

Tribunal DESC de Mujeres


¿Por qué el tema del agua es tan importante para garantizar los derechos humanos de las mujeres?
 
 “Si los gobernantes realizaran el trabajo domestico, no privatizarían los servicios públicos y el agua”.  Esta fue una de las consignas de la primera marcha realizada en el año 1996 por  las mujeres populares en Medellín hasta el Concejo Municipal,  para  impedir  la privatización de los servicios públicos y el agua.  A partir de esta movilización, la Red Popular de Mujeres, asume un trabajo de incidencia para que los servicios públicos domiciliarios, especialmente el agua sean garantizados como derechos fundamentales en la ciudad, sobre todo en aquellos lugares marginados y apartados.


Alrededor de este tema es importante mencionar que, la ONU reconoce que en la crisis del agua en el planeta, las más afectadas son las mujeres; ya que de los 1.2 billones de personas que no tienen acceso al agua, más de la mitad son mujeres y niñas del campo y las ciudades. Por otro lado, existen diferencias y desigualdades de género en el acceso, uso, manejo y control de los recursos hídricos, y sobre todo baja incidencia de las mujeres en las instancias de toma de decisión relacionadas con el agua. A lo que se suma, la urgente necesidad de visibilizar la realidad de desigualdad que viven las mujeres en sus  territorios, ya sean urbanos o rurales, por la falta del agua, principalmente por la división de roles que coloca a las mujeres como responsables del trabajo reproductivo y del cuidado de la familia.  Una mejor disposición del agua, sin lugar a dudas, impacta positivamente la vida de las mujeres, aumentando su bienestar, reduciendo la carga del trabajo reproductivo y extendiendo sus oportunidades de educación, inserción y permanencia en el mundo del trabajo, así también como aumentando sus  espacios de ocio y descanso.

En este sentido, para la Red de Mujeres Populares es muy importante que la sociedad tome conciencia de que  “…mientras más escasa es la provisión del agua para las familias más sobrecarga de trabajo tienen las mujeres, situación que no se modificara entre tanto las mujeres sigan siendo las únicas responsables del trabajo domestico y reproductivo”, por lo anterior, se requiere realizar un trabajo de divulgación y concienciación sobre este tema.  Por otro lado, también, se requiere un trabajo para modificar la visión que se tiene de la relación de las mujeres y el agua, de sólo beneficiarias o consumidoras a gestoras y tomadoras de decisiones para la formulación de políticas que incluyan los intereses de las mujeres.

El derecho a un mínimo vital del agua

La Corte Constitucional de Colombia en reiterada jurisprudencia, ha señalado que poder disponer de agua potable, suficiente, salubre, aceptable y asequible para el uso personal y doméstico, es un derecho fundamental de los seres humanos, debido a que su supervivencia está indisolublemente ligada a la posibilidad de gozar de ella. El derecho al agua es un presupuesto fundamental de otros derechos como el derecho a la vida, a la salud,[1] a un ambiente sano[2], a la alimentación adecuada, a la vivienda y a la vida digna. En virtud de lo anterior, esta Corte ha protegido el derecho al agua en su carácter fundamental.

En Medellín no existe estudios actualizados y desagregados por género sobre la situación de las personas desconectas de los servicios públicos y que no tienen acceso al agua, por ejemplo: situación de las mujeres desconectadas del acueducto, afectación en la salud de las mujeres de actividades derivadas de cargar agua, mujeres que se proveen de acueductos comunales y mujeres rurales afectadas en los territorios por la creación de macro y micro proyectos que destruyen las fuentes del agua, entre otros.

Para tener un acercamiento a la situación de las personas desconectadas en Medellín y particularmente de las mujeres, es importante referir datos de la  Encuesta de Calidad de Vida para el 2012, en la cual  se registra que el número de familias con el servicio de agua y alcantarillado suspendidos ascienden a 25.544, que en promedio serían  más o menos 100.00 personas.  

El caso de la vulneración del derecho al mínimo vital en Golondrinas

Según la  nota periodística del periódico El Colombiano, realizada el 6 de julio del 2013, 12.000 habitantes de la Comuna 8, están sin agua potable.  La nota describe la situación de muchas personas de  los barrios Golondrinas, El Pacífico y Altos de la Torre, que no cuentan con acueducto, toman agua de quebradas que llevan basura y hasta materia fecal. Según la noticia, Empresas Públicas de Medellín -EPM y el Municipio construyen este acueducto, en el cual se menciona que la Alcaldía ha invertido $13.410 millones de pesos en redes de acueducto y alcantarillado y que falta invertir otros 21.000 millones; se estima que con esta inversión tendrán acueducto y alcantarillado 3.500 casas de las 4.500, que al momento no tienen acceso; la pregunta obligada sería: ¿qué va a pasar  con las 1.500 familias que están sin conexión?

El barrio las Golondrinas, ubicado en la zona Centro Oriental, alberga una comunidad de personas afrodescendientes, en su mayoría desplazadas por efectos del conflicto armado de la región del Urabá Antioqueño.  Estas familias, se asentaron en estos territorios en situación de alto riesgo, como única alternativa ante la falta de protección de sus derechos por parte del Estado, siendo afectadas por el empobrecimiento y la falta de calidad de vida, que se expresa en altas tasas de desempleo, baja calidad de la vivienda, poca cobertura de servicios públicos y falta de condiciones de saneamiento básico. 

A lo anterior se suma la amenaza de megaproyectos como el Cinturón Verde Metropolitano (nombrado también como Jardín Circunvalar), que pese a ser descrito por la Alcaldía de Medellín, como una estrategia a largo plazo de desarrollo integral de la zona de encuentro entre lo urbano y lo rural, mejorando la calidad de vida de los habitantes y consolidando un territorio equilibrado y equitativo,[3] genera preocupaciones, en tanto es un megaproyecto que ha recibido una lluvia de críticas por sus altos impactos sociales, económicos y ambientales, por asuntos tales como: la afectación en el valor de los suelos; el cambio en el ordenamiento territorial de Medellín, por la transformación del uso del suelo; la poca concertación del proyecto con las familias que van a afectar; el desalojo y reubicación de un importante número de familias, que tienen consolidado un tejido social y humano en los territorios, etc.  Para las organizaciones comunitarias ubicadas en estos territorios, el Cinturón Verde, no deja de tener el propósito de continuar con la especulación inmobiliaria, desde la lógica de la estética urbanística y turística,  transformando para  intereses privados el  territorio.

Para avanzar en la comprensión de la problemática de las familias que no tienen acceso al agua, el Tribunal DESC de las Mujeres y la Mesa Interbarrial de Desconectados, realizó una investigación con 42 familias, que están constituidas por alrededor de 200 personas.  Con los hallazgos de esta investigación se interpusieron 34 tutelas, en las cuales se describe la relación cotidiana de esta comunidad con el agua.  A continuación presentamos algunos comentarios y testimonios al respecto:

·         “Pasamos  semanas enteras que al abrir las canillas no sale una gota de agua. Los Tanques de abastecimiento sólo llegan  hasta el colegio; hacia abajo y en las partes altas y la periferia, no tienen agua; el sistema de acueducto y alcantarillado, está en condiciones deficientes (ancho de la tubería estrecho, agua escasa,  por falta de recursos no se hacen las reparaciones de los sistemas y la red, no hay una adecuada programación de servicios, etc.),  el tanque almacenador que está ubicado muy lejos de las personas afectadas”.

·         Las familias que no pueden cargar el agua, pagan para que otras personas recojan y carguen el agua del tanque almacenador. Las mujeres cargadoras de agua, tienen sobrecarga de trabajo y enfrentan condiciones infrahumanas: “En Las Golondrinas le dan a uno, tres o cuatro mil pesos por tarro. En varias partes llevo hasta 15 tarros de agua. Salgo a las siete de la mañana y termino a las nueve de la noche, cargando el agua, y esta es mi ocupación y trabajo…”.

·         Las personas bajan hasta el tanque almacenador (o pila pública), a cargar el agua, algunos alquilan una lavadora y la ponen ahí al lado y lavan en la madrugada.

·         Los carro-tanques suben dos o tres veces a la semana, pero únicamente suministran el  agua a la escuela, no está permitido entregarla a la gente.

·         Algunas familias canalizan el agua lluvia y con esta agua resuelven sus necesidades, sin embargo, es importante considerar el riesgo que esto tiene para la salud de las personas y particularmente de las mujeres. En estas comunidades hay presencia de enfermedades gastrointestinales, respiratorias y de la piel, así también como patologías relacionados con el peso del agua cargada en canecas, dolores de columna y brazos.


Hay que reconocer que la NO GARANTÍA DEL MÍNIMO VITAL DE AGUA, es una vulneración colectiva del derecho fundamental al agua, tanto a las familias desconectadas, como a las comunidades que no acceden al acueducto público y que además no cuentan con los recursos para mejorar el acueducto comunal. En el caso específico de Golondrinas y otros sectores que en la ciudad no tienen acceso al servicio, el Estado, en cabeza de las Alcaldía de Medellín y los entes públicos prestadores del servicio, están obligados legal y constitucionalmente a tomar todas las medidas para agilizar el proyecto de construcción del acueducto público en Golondrinas, garantizando a la comunidad el acceso diario al mínimo vital de agua, mientras se realiza la construcción.  En este sentido, están obligados a priorizar los recursos económicos para finalizar la construcción del acueducto en estos sectores, y de este modo, asegurar la cobertura de agua potable, ya que su no cumplimiento está violando la jurisprudencia nacional e internacional en el tema.

El  derecho fundamental al agua es de vital importancia para las mujeres de la ciudad, por los impactos que tiene en su calidad de vida, la no cobertura de este servicio público.  Es importante, nombrar que algunos estudios han demostrado que la falta de agua afecta de manera diferencial a hombres y a mujeres, debido a la división de roles existente en la sociedad, ya que es la población femenina sobre quien recae el trabajo reproductivo, trabajo de cuidado de la infancia y la familia. En este sentido, las mujeres ocupan más tiempo en la realización de sus labores, debido a que deben ocupar tiempo en la consecución del preciado líquido, lo que implica menos espacio para el descanso, el trabajo productivo, la educación, la recreación, entre otros, ampliando las brechas en términos de acceso a condiciones de desarrollo y bienestar social.

Para la exigibilidad del DERECHO AL MÍNIMO VITAL DEL AGUA, se exalta la necesidad de recoger los pronunciamientos de la Corte Constitucional, en los cuales se exalta que las familias desconectadas, se les debe garantizar el acceso a un mínimo vital; por lo cual la Alcaldía y los entes prestadores del servicio, deben reconocer la vulneración que se está cometiendo hacia las personas y familias desconectadas y garantizarles los servicios. 



[1] Entendida ésta como “un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones y enfermedades. Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, Nueva York 1946.
[2]Artículo 79, Constitución Política de Colombia

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